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La calidad acústica como objetivo

presentación
La calidad acústica de nuestro espacio habitable es una preocupación reciente, que se ha agudizado conforme se han ido solucionando otros requerimientos que determinan la calidad de la construcción. Además, nuestra convivencia con el ruido varía atendiendo a comportamientos culturales que evolucionan modificando el umbral del nivel sonoro que consideramos admisible. Y hoy la sensibilidad al ruido se ha acrecentado en paralelo con una percepción social del ruido como un elemento contaminante que genera molestias y disfunciones, cuya generación es necesario evitar y su transmisión debemos impedir. El ruido que se percibe en un local puede ser externo, accediendo a él a través de fachadas, forjados y tabiques, o bien interno, generado por ocupantes y equipos situados dentro del propio local. En el primer caso, el ruido se combate con sistemas de aislamiento acústico, y en el segundo con sistemas de acondicionamiento acústico. En ocasiones, la ausencia de ruido puede generar una sensación inquietante, y no solo en estadios, discotecas o restaurantes, sino también en viviendas cuando su envolvente es tan aislante que no permite percibir ningún sonido procedente del exterior. El caso general, sin embargo, se produce por la inmisión excesiva de ruidos, que resulta especialmente perturbadora cuando nuestra actividad requiere concentración o descanso. En el caso de la vivienda, la presencia de una fuente de ruido puede convertirla en inhabitable, pero también deteriora cualquier espacio habitable en el ámbito laboral, educativo, hospitalario, etc., que exigen un control acústico de la construcción. 
Hace unos años realizamos un laborioso monográfico de Tectónica (el número 14) en el que nos adentramos en la física de la acústica y en sus aplicaciones arquitectónicas. En ese trabajo de análisis descubríamos la reducida consideración que tenían los requerimientos de acondicionamiento y aislamiento acústicos en la elaboración de los proyectos, e intentábamos explicar los conceptos fundamentales del sonido para entender cómo interactúa con la arquitectura. La situación ha ido mejorando desde entonces. Hoy ya somos conscientes de que hay que evitar que tengamos que convivir con el estrépito y el bullicio producidos por el vecindario, el tráfico o el ascensor. Esta sensibilidad se refleja en la aparición de normativas más exigentes que generalizan las exigencias de control acústico y el conocimiento para abordarlo, así como la práctica cada vez más frecuente de recurrir a la colaboración de técnicos a la hora de proyectar espacios que requieren de una concepción acústica. 
La consciencia de que debemos solucionar el problema del ruido en los espacios construidos nos obliga a establecer unos hábitos proyectuales que requieren soluciones elaboradas y concretas. Estas soluciones supondrán en muchos casos un aumento de las capas que conforman los cerramientos, y una desolidarización entre esas capas, separando envolventes y estructuras. En otros casos el recurso utilizado procederá de técnicas específicas de ingeniería acústica aplicada a la arquitectura. Ciertos materiales de construcción presentan un buen comportamiento en cuanto a absorción acústica o por su resistencia a la transmisión del sonido, y facilitan soluciones simples, mientras que otros requieren complejos mecanismos para adaptar la construcción a los requerimientos acústicos. Pero por mucho cuidado que pongamos en el diseño acústico del proyecto, éste necesita una formación de los instaladores y un control de obra que evite la falta de hermeticidad y la creación de puentes acústicos debidos a errores de ejecución que acaban arruinando la insonorización. Estos errores obligan a diagnósticos difíciles y a reparaciones complejas, y requieren un control continuado de la obra por su dificultad para ser detectados.
La actual monografía de Tectónica realiza un minucioso recorrido a través del aislamiento y el acondicionamiento acústicos de la mano de Ignacio Paricio. Esta monografía se completa con el análisis constructivo del Centro de Artes Escénicas en Vic (Barcelona), proyectado por Josep Llinàs, un edificio caracterizado por el cuidadoso tratamiento del sonido. Este número también incluye el análisis detallado de otros dos proyectos: la escuela infantil en Palma de Mallorca proyectada por Javier García-Solera, y la reforma de una escuela en Barcelona, obra de Coll-Leclerq. Aunque estos proyectos no aparecen en la sección de acústica, ofrecen sin embargo, soluciones de control del ruido de gran interés, ya que se trata en ambos casos de edificios de enseñanza, en los que deben convivir la generación de ruidos de alta intensidad con la necesidad de concentración y silencio, y que ejemplifican la necesidad, generalizable a toda obra de arquitectura, de tratar el sonido producido en el entorno propio de los ocupantes y el que llega desde el exterior. La presente monografía de acústica se cierra con un completo dossier de productos dedicado a materiales y sistemas de aislamiento y acondicionamiento acústico.