Para Josep Lluís Mateo proyectar en un lugar tan cargado de referencias históricas y culturales le condujo, paradójicamente, a alejarse de ellas y buscar el fundamento en dos elementos del lugar: el bosque en el que se ubica y el extraordinario Museo de Paleontología de Chemnitz, y así concibe el edificio como un árbol petrificado y encuentra en el alabastro el material idóneo para representar el universo orgánico hecho piedra.
Muro cortina de alabastro.
Axonometría Ricardo Muñoz © Tectónica