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Museo de Arte Moderno y Arquitectura en Estocolmo

Rafael Moneo
proyectos

© Duccio Malagamba
En un lugar en el que "la fragmentación y la intervención mínima son los rasgos más típicos" (R. Moneo), la silueta de las cubiertas del Moderna Museet evoca una arquitectura "discontinua y quebrada, como la ciudad de Estocolmo". La delicada piel de cartón-yeso que acoge las obras de arte, la envoltura intermedia de hormigón que define los nítidos contornos oblicuos de la cubierta y un forro de zinc exterior coronado por escuetas ‘cajas de luz’ materializan una concepción constructiva basada en la superposición y continuidad de pieles, mediante la que el nuevo Museo de Arte Moderno y Arquitectura se ha convertido en el más reciente icono urbano de la capital nórdica.

Las dimensiones de los lucernarios –hay cinco tipos distintos– varían en función del tamaño de las salas: en todas ellas se ha llevado a cabo un estudio geométrico tanto de las linternas como de la piel interior y de la longitud del cuello que ésta conforma en la parte superior –y que actúa como pantalla difusora– para regular la incidencia de los rayos solares.