anterior siguiente

La actualidad del uso de la madera

Carlos Ferrater
prólogo
La madera es uno de los poquísimos materiales que puede considerarse polivalente: la madera se ha usado como estructura y como cerramiento interior y exterior, también en laminados, en carpinterías, techumbres y cubiertas, pavimentos, lámparas, mobiliario, etc.

La Capilla del Bosque, guache, diciembre 1918.

La madera es uno de los materiales más antiguos que se han empleado en la construcción, pero además es uno de los poquísimos materiales que puede considerarse polivalente: la madera se ha usado como estructura y como cerramiento interior y exterior, también en laminados, en carpinterías, techumbres y cubiertas, pavimentos, lámparas, mobiliario, etc.
Algunas piezas de la modernidad, construidas esencialmente en madera, han quedado registradas en nuestra memoria: Le petit cabanon en Cap Martin, de Le Corbusier (1950), como expresión de la rusticidad de la madera; en ella se utilizaron tableros y troncos de árbol y el resultado es el de una construcción en bruto. Frente a esta obra, la capilla de la Escuela Técnica de Otaniemi de Siren (1957) es, por el contrario, ejemplo de lo liviano, lo sutil: en ella la estructura de madera está resuelta con unas secciones y articulaciones que llegan al límite de lo que ‘intuitivamente’ parece que debe ser. En la Capilla del Bosque en el cementerio sur de Estocolmo, de Asplund (1918-1920), la madera desaparece tras el estuco pero se percibe. Y en el Chamberlain Cottage en Wyland, Massachussetts, de Gropius y Breuer (1939), se establece un expresivo juego de opuestos: la madera es una piel delicada que envuelve y protege uno de los volúmenes, quedando desnudo el segundo, de estructura de acero y cerramiento de vidrio. Y ya termino este rápido repaso de construcciones que, para mí, han sido especialmente sugerentes por su utilización de la madera, con el Teatro del Mundo de Aldo Rossi (1979), que navegaba en la laguna veneciana; una construcción que es más que ligera: flota, se mueve, desaparece…, y para mi representa la única imagen en la que la arquitectura contemporánea aparece en Venecia para acto seguido desaparecer.
Tectónica dedica este número a la madera empleada como revestimiento, lo cual entiendo es de una gran oportunidad en un momento en que uno de los valores que prima en la arquitectura es el que la identifica como piel. El mundo de las imágenes nos ofrece un continuo iconográfico de magníficas pieles en las que los diferentes transformados de la madera tienen un gran protagonismo: contrachapados, tableros náuticos, fenólicos, reciclados a base de cemento madera, pasta de celulosa, baquelizados, etc. Un reto para el arquitecto que debe investigar cada una de estas nuevas opciones para, desde el conocimiento en profundidad del propio material, respetando las leyes particulares de manipulación, mecanización, puesta en obra, etc., poder sacarle el máximo provecho funcional y expresivo. Es el caso del tablero de cemento y madera, un material en principio basto y frágil pero con el que, conociendo sus posibilidades de manipulación previa –mecanizado – y puesta en obra, se llega a conseguir una piel relevante.
Una de las aplicaciones que siempre me han interesado por su ambigüedad es la utilización de tablillas, tableros fenólicos o similares como encofrado perdido en la ejecución de muros y losas de hormigón; recuperando las texturas de la madera en la superficie de un volumen compacto de hormigón.
Siempre he creído que el proyecto es la distancia que media entre una idea inicial y una realidad construida. Los materiales y las técnicas constructivas, en nuestro caso las relativas a la madera, ocupan una parte importante de este proceso proyectual.

Carlos Ferrater
Barcelona, mayo 2000